miércoles, 13 de marzo de 2013

Una vuelta repetida


Yo veo ángeles caídos y demonios en sonidos.
Palabreo sin sentido entre unicornios y gemidos.
Silbando sobre el ruido con la vista para arriba,
más pequeño que un maullido
si es que siento que se arrima.

Tantos frutos verdes en el árbol de la vida,
pendiendo de una rama, esperando la caída.
Bayas de piel temprana con el cuerpo de maduras,
te siguen donde vayas sin que veas su armadura;
su aroma no perdura si se afronta a contra viento,
no se mueve su corona sin que pierdas el aliento.
Esquivando el desoriento y saltando los lamentos,
bajando hasta las nubes
sin respirar, ni en un intento.

En los puntos que titilan con el paso de la noche,
tantos ojos se destilan en consuelos sin reproches.
Duelo de caricias bajo el techo de la luna,
siguiendo la cornisa, las estrellas son mi cuna.


Fotografía propia - junio 2012

lunes, 8 de octubre de 2012

Morena

Me desperté sin querer
con disgusto y angustiado,
odiando el momento en que había resucitado.
Con una sonrisa verdadera
acunado en ese trance.
Comenzaba primavera soñando ese romance.

Larga cabellera, de tez como agua-arena,
facciones de doncella y unos ojos de sirena.
Su cara caramelo, sus manos terciopelo,
de mariposas la modelo, y de mis ojos el anhelo. 

Las palabras era ausentes
pues no las necesitaba,
porque los gestos prominentes eran los que sobraban.
Caminando entrelazados era sólo por andar,
no importaba dónde, daba igual el lugar.

Morena armoniosa, derrochaba su carisma.
Morena tan hermosa,
como los colores en un prisma.
Morena, delicada cuales vuelos de un colibrí,
serena en su belleza con consuelos carmesí.
Morena de mis sueños fuiste efímera para mí.
Morena, morenita, quiero tu cara contra mí.
Morena azucarada, tu perfil no escatima,
serena enamorada fuiste mi mujer latina. 


jueves, 4 de octubre de 2012

Si sólo lo supieras

Para Áurea

Si tan sólo supiera cuánto la quiero...
sabría el peso del tiempo
por el que, buscando, la espero.

Si supiera que el viento le lleva mis caricias,
y que cualquiera de sus fotos me eleva una sonrisa.
Si sólo supiera que en la fila hay uno más,
y si supiera que para él no hay otra igual.
Si fantaseo con solo verla pasar,
y que siempre la rodeo sólo como "por azar".

Si supiera que en sus ojos caramelos 
encuentro mis lagunas,
y que posado en una duna le escribo,
sin estribos, aullándole a la luna.
Si su saludo compensa el viaje de una hora,
y si dura lo que un suspiro.. como el de ahora.

Si tan sólo supiera cuánto la quiero...

(pintura de Von Hove)

Viento de medianoche

Para Flor

Un viento frío con olor a lluvia fresca.
Hermosas plantas en espera que sus flores crezcan.
Las suaves brisas que a las hojas bambolean,
despierta a un ave, 
entre los últimos frutos que del árbol tambalean.

Los chasquidos de las hojas son perfectas sinfonías,
natural canción de cuna,
para el ave que aún no dormía.
Mientras el frondoso "Gran Verde" 
deleita con el vaivén y su cantar,
el hermano del frente está mudo y tieso,
porque le simio desnudo su follaje hizo sacar;
con un notable cadáver digno de respetar,
la tristeza y vergüenza que emana no se puede imaginar.

Increíblemente coordinados, 
los grillos suman su coro a la música de medianoche.
Ahora la vida se libera para que el Hombre no la reproche.
Lo que queda de la Naturaleza al fin larga su aliento,
y aquí, un gato y un semi-humano 
la disfrutan con el viento.
A lo lejos se oye algunos canes que manifiestan,
será por algún hueso que protestan,
o tal vez por alguna perra se lamentan.

Aumentan ahora las brisas hacia nosotros.
Son incontables las caricias para estos rostros.
La esencia de la hierva santa se acerca desparramada,
tal vez, en la otra cuadra en vano está siendo cremada.

Con mis pies descalzos que gozan de este momento,
cada bello y cada poro del cuerpo 
se convierte en instrumento
para esta musa a la que llaman Madre Tierra,
fuente de toda vida 
y que para nadie sus ojos cierra.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Amores que matan

Con todo respeto para "V" y más.

Una aureola casi negra que deambula por mi rostro,
hoy en un lugar distinto, pero por el mismo monstruo.
Esta vez fue sin motivos, gracias a un poco de alcohol.
A esta hora me persigo, es cuando cae el sol.

Ya son dos años que llevo amando intensamente.
Son tantos los perdones que terminan para siempre.
Flores como ofrenda que marchitan con la paz,
es querer atrapar una estrella que no cesa de fugaz.

Miento a mis padres y también a mis amigos.
No hay lugares para verdades si estoy sola conmigo..
y consigo.
Me dijo que cambiaría, que su cabeza estaba al revés.
Asentí pero sabía que no era la primera, ni sería la última vez.

La culpa fue mía. Tuvo toda la razón,
yo sé que él no quería, pero no hubo otra opción.
Pensé: "no va a pasar otra vez. Ya es parte del pasado."
El resultado salió al revés. 
Y ya lo ves, de mi cara no se ha borrado.

"Te amo, amor, pese a todos los problemitas.
Dale, gor!. Sabés que sos mi princesita."

El chasquido de su palma que se estampa en mi rostro.
La mano se fue cerrando hasta ser un puño tras otro y otro.
Una mano pesada a mi cabeza no curaba,
invirtió en pies y objetos para ver si me sanaba.
Manos suaves que maltrechan mis mejillas,
quisiera que sólo sirvan para abrazos y cosquillas.
El amor lo puede todo, hasta el infinito y mucho más.
No importa el modo, yo perdono, sea leve o la eternidad.

Lágrimas de amor se deslizan por mi cuello.
O es que son por el dolor?
suelo confundirme con ellos.

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Entre golpes y fluidos, mal-caricias y gemidos,
largos llantos y alaridos, fui de nuevo destrozada 
por un cobarde mal parido.
La historia se repetía, y de nuevo al siguiente día.
Yo vivía esa tragedia sin esperar que fuese mía.

Dijiste me querías, dijiste me adorabas,
lo hacías cuando reías y cuando me golpeabas.
Suplicabas y rogabas que te diera mi perdón,
me mirabas y llorabas, era ese tu mejor don.

Las flores se marchitan con el paso de los días,
mi flor se deshojó cuando te conocía.
Cada pétalo caído eran dos de mis heridas, 
los ojos corroídos y en mi llanto la maldita melodía.

El amor está en los puños del que dice ser mi dueño,
plasmados en mi cara los siento hasta en mis sueños.
Con mucha fuerza me empeño a que pase esta tormenta,
para ya no estar morada, y puede que tal vez algo contenta.

Las gotas que de mis ojos se desploman contra el suelo,
caen con la sangre que de mi boca brota sin consuelo.
Tengo un pañuelo blanco, que con el tiempo se hizo rozado,
limpia manchas color vino y así reluce lo morado.

Esa eterna pesadilla de cerillas encendidas,
magullando mis costillas 
aprehendida en una silla entre risas me humillas.
Y vuelvo a despertar..
con balbuceos y cosquillas mi nena me ha de confortar.

Mi dignidad en el armario y en mis manos un rosario. 
Tras dos años de calvario este mal no es necesario.
Caigo tarde en la cuenta, casi llegando a los treinta.
Me rematé y me puse en venta, escapé sin dar la renta.
Esperando a que mi beba pueda verme a los cuarenta.

Si te golpea no te quiere
porque él sabe que te hiere.
Eso no te lo mereces.
Tú no le perteneces.




(La primera parte de estas letras son del año pasado, hace una semana las volví a retomar. No me encuentro satisfecho con ellas, siento que le falta mucho, pero era hora que salieran.)

domingo, 9 de septiembre de 2012

Mi ambiente

El trineo de las aves hipnotiza con su canto,
me llevan a un lugar distinto cual hechizo o un encanto.
El río brama, y sus pasos se escuchan a lo lejos,
el oído no lo cree y por ello estoy perplejo.

Son tantas las hojas que bailan con el viento,
no importa qué rama escoja,
sé que no las podré contar y por eso ni lo intento.
Árboles enormes que cobijan a pequeños,
son de tonos verdes, grises
y hasta rojos y trigueños.

Un pequeño manantial abrazando las raíces
entrega vida, y es el final de las profundas cicatrices.
Cristalina y tan fresca se desliza entre rocas las rocas,
su armonía no termina si en cascadas desemboca.

Las flores se renuevan con el paso de los días,
y las hormigas saborean sus colores en comida.
Pétalos que caen silenciosa y lentamente.
Una bella tragedia que quiero dure para siempre.
Imagen de Graciela Casartelli

domingo, 2 de septiembre de 2012

Espejismos



Para Pandora     

Ya son varios los cortes tatuados en los brazos.
Con la mirada vacía, ella está más delgada que mis trazos.
Un cuerpo inerte, que deambula sin alma alguna,
anda flotando en el aire, como una hoja en la laguna.
Lleva la boca amordazada con alambre, (sin color tiene la sangre)
una abeja sin hambre auto-excluida de su enjambre.

Pide medio plato para solo mirar,
no tolera el olor, y comerlo ni imaginar.
Pasan las horas, días, meses y se consume sin parar,
está sola entre amigos y no para de llorar.
Ana la enamora y nadie las ha de separar,
ella es la dulce guía, hasta su meta alcanzar

Recibe tantas voces que a sus oídos nunca llegan,
las toma como sonidos, pero a su alma no le afectan.
Una hoja de afeitar que maneja con sigilo
 en destino hacia sus venas,
 oxidada y con poco filo a su sangre envenena..
y se pregunta: “¿Dónde quedó aquella nena?”..
que solía ser, hace no mucho tiempo,
donde había platos llenos, y eran más rosas los momentos.

Se pregunta en qué hora llegó este “ahora”,
habrá sido elección, el destino o la puta caja de Pandora?
Ahí está, aislada, con los restos que le quedan,
cae otra lágrima, se va otra página,
así es como Ana quiere que sucedan.

No captura las palabras que le llegan para sí,
la niña pálida, de los ex labios carmesí,
se siente incomprendida, y lo más seguro es que sea así..
“¿Por qué no puedo hacer lo que quiero para mí?”

Una boca sin entrada a estas alturas ya no alcanza,
No sin que baje otro punto en la balanza.
Salir a la calle sin que el autoestima le falle,
es imposible sin que ella baje otro talle.
Mía, se asoma y comienza a seducir,
causa náuseas su aroma, y por eso la ha de elegir.
Ahora con dos mujeres se sumerge en un transe,
mientras más llanto y desdicha produce este romance.

Cuesta mucho distinguirla cuando viene no muy lejos,
llega mirando al suelo para evitarse en los espejos.
Su mente le redobla lo real de su reflejo,
lo que comenzó como un juego,
pasó a ser más que un complejo.

Hace solo unos meses derrochaba su carisma,
y hoy atrapada en su prisma, ¿se recordará a sí misma?
Con un abdomen bajo cero y descoloridos los cabellos,
 sus ojitos ya no son esos luceros que competían con lo bello;
el cálido color que pintaba en su piel,
se fue con el amor y la dulzura de la miel.

Le gustaba comer chatarra y el helado de vainilla,
hoy su lengua se desgarra con cantidades de pastillas.
¿Queda algún lugar entre esa parrilla de costillas?
¿Queda alguna fibra, o siquiera un rastro de cosquillas?
Su corazón se siente preso y no conoce el exceso,
está consciente de eso, pero quien lo juzga es el peso.

Hay tantas palabras para a ella dedicarle,
pero cuando uno más habla, parecen menos escucharle.
Seguirá sola en su cuarto,
 mientras con aire se atraganta,
continuará muerta en vida con los dedos en la garganta.

Su familia, sus amigos ya no hacen ningún efecto.
¡Al carajo todos, por marcarle sus defectos!
“No voy a dejarlas por lo que diga algún inepto,
y aunque fuese así, en el mundo nadie es perfecto..
Soy como quiero y a nadie le hago daño.”
Tristemente, tampoco es capaz de comerse ese engaño.

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“Es verdad, no estoy sana, lo confieso en mi ventana.
Ya no creo en la magia, ni en el cielo y sus campanas.
Se fueron las ilusiones y los restos de esperanza.
Yo sigo descendiendo, pero en mi mente ya no alcanza.
Malgastando los gillettes que quedaron en el suelo,
llorando sobre el bidet, en los cortes ya no hay consuelo.

Una gota casi roja, se desliza lentamente.
Voy entrando en un sueño, y tal vez dure para siempre.
Tras algunos gritos y más lamentaciones,
muy despacio me cubrirán entre mantas de colores.
Tétricas canciones y amargos los sabores,
posaré en el trono con mi corona hecha de flores.”


“Te miro desde arriba, no camines por mis pasos.
No hagas caso a quien te cautiva o caerás en el fracaso.
Ve con la mente clara y los ojos descubiertos,
omite los espejismos, que como tales son inciertos.”